La generación hidroeléctrica inicia en el año de 1882, en las rudimentarias instalaciones de las pequeñas centrales localizadas en Inglaterra, Estados Unidos y Francia. En México, unos cuantos años después, se construyen sus primeras
instalaciones. Batopilas en Chihuahua, fue la primera central del país en 1889; así, a nuestra nación se le considera pionera en la generación de energía eléctrica.
En México, las empresas eléctricas privadas eran las encargadas de suministrar la energía eléctrica a las principales ciudades, siendo los iniciadores de ello los empresarios mineros de Batopilas, Chihuahua, los cuales, en el año de 1889, comenzaron las obras pendientes para aprovechar las aguas del río del mismo nombre, con objeto de generar energía para las instalaciones de la explotación minera. Un importante personaje en este sentido fue Alejandro R. Shepard, quien acopló a los molinos de trituración dos generadores de vapor movidos por otras tantas turbinas hidráulicas de 15 horsepower (HP), debiendo construir una presa derivadora de 187 m de longitud junto con un canal de conducción de 3 800 m, que tenía una sección rectangular, una bocatoma con rejillas y compuertas de control, y dos tuberías a presión de 1 m de diámetro y 22 m de longitud, que alimentaban a las pequeñas turbinas para una caída de 16 metros.
Por 48 años, empresas privadas extranjeras instalaron pequeñas hidroeléctricas y comercializaron el producto en territorio mexicano. En 1937, el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas creó la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Chihuahua es Grande, nuestro crecimiento no debe pausarse.