Cómo mejorar la circulación de las piernas

La mala circulación es muy frecuente a medida que avanzamos en edad. En nuestro país cerca del 30 de los adultos padecen los síntomas de la insuficiencia venosa crónica, una de las manifestaciones avanzadas del mal funcionamiento circulatorio.
Este problema ataca más comúnmente las piernas, cuyas venas llegan a dilatarse más de lo normal, provocando una acumulación de sangre mayor y la retención de líquidos. De ahí que en períodos de mucha actividad o calor, como el verano, las sensaciones de pesadez y cansancio en las extremidades inferiores sean de mucha intensidad.
Afortunadamente, este fenómeno natural no representa una amenaza directa para la salud, aunque su agravamiento impacta en la calidad de vida y se manifiesta en las odiadas y antiestéticas varices, que no son más que la muestra visible del alargamiento y dilatación de las venas producto de una circulación dificultosa.
Para mejorar la circulación en las piernas se puede hacer mucho en la vida práctica sin necesidad de acudir de inicio al médico. En este artículo reseñamos unos cuantos consejos que serán de mucha ayuda para este propósito, y que contribuirán a prever las citadas sensaciones y evitar el surgimiento o agravamiento de las varices.

Poner en alto las piernas cada vez que se pueda
Para mejorar la circulación de las piernas es muy aconsejable poner estas en alto cada vez que sea posible.
Quienes trabajan sentados la mayor parte del tiempo pueden apoyarse para ello de un reposapiés y en casa vale cualquier cosa y momento para hacerlo. De igual forma, dormir con las piernas elevadas al menos unos 15 centímetros favorecerá el riego sanguíneo de las extremidades inferiores y su buena circulación.

No dejar las piernas inmóviles por mucho tiempo
Estar en la misma posición y sin mover las piernas por largos períodos atenta contra la buena circulación en esas extremidades. Por ello es aconsejable no hacerlo y si no quedara de otra, mover las piernas y pies con frecuencia, e interrumpir la actividad por un instante para andar unos pocos pasos que pongan en ejercicio las piernas y favorezcan la circulación.

Limitar el uso de ropa ajustada
La ropa ajustada o muy ceñida es mala para la circulación en general, no solo la de las piernas, donde puede llegar a impedir el retorno venoso de estas al corazón. Esto se agrava aún más en verano y por ello los especialistas recomiendan no usar vestuarios con estas características o al menos limitar su uso en tiempo y frecuencia.
Resulta aconsejable por tanto el empleo mejor de ropa holgada y que transpire bien, y de un calzado que resulte confortable.

Darse automasajes con frecuencia
Otro consejo importante es dar masajes en piernas y tobillo con frecuencia. Si no tenemos pareja o alguien que nos los dé no importa, pues podemos hacerlos nosotros mismos mientras estamos tumbados.
La mejor forma de efectuarlos es de manera ascendente y con un gel frío, que debemos aplicar de los pies a las rodillas.
Igualmente, tras el baño, para el que se aconseja más la ducha que la bañera, resulta útil aplicar en las piernas una crema hidratante mediante un leve masaje, que ayudará mucho a la circulación.

Alimentar y ejercitar al cuerpo de forma saludable
Por último, este consejo no podía faltar.
La alimentación y el estado de forma física del organismo impactan directamente en la circulación de las piernas, por lo que para mejorarla resulta esencial comer de forma saludable y equilibrada, sin descuidar la ingesta de fibra, y practicar deporte o ejercicio al menos unas cuatro veces por semana.

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