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Los 7 buenos hábitos para tener una vida saludable

by L.L.
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Conoce estos simples pasos que te ayudarán a llegar a viejo lo más joven posible

La vida del ser humano, como la de todos los seres vivos, es finita. En el Perú, por ejemplo, se calcula que la esperanza de vida promedio para hombres y mujeres es de 79 años, lo cual significa que lo mínimo que podemos hacer es tratar de llegar a esa edad en un relativo buen estado de salud.

El gran problema es que la vida moderna nos pone muchas piedras en el camino para llegar a esa edad en buen estado de salud, desde la proliferación de las llamadas “comida basura”, pasando por la generalización de la vida sedentaria y terminando en el estrés que envenena nuestra existencia.

Por eso es muy importante desarrollar hábitos saludables que nos permitan mantener una buena salud y que nos ayuden a llegar a viejos lo más jóvenes posible. Hoy veremos siete hábitos saludables y fáciles de aplicar en la vida diaria.

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1. Toma un buen vaso de agua al despertarte y mantente bien hidratado durante el día.

Sabiendo que el 65% de nuestro peso corporal es agua, mantener un buen estado de hidratación es esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Además de permitirnos mantener un adecuado volumen de sangre y asegurar el buen funcionamiento de nuestro corazón, riñones y pulmones, el agua es necesaria en cada paso de nuestro metabolismo. Las múltiples reacciones químicas que se efectúan en nuestras células requieren de moléculas de agua para funcionar adecuadamente. Una persona crónicamente deshidratada sufre de debilidad, dolor de cabeza, desgano y somnolencia.

Un buen vaso de agua al despertarse asegurará el primer suministro de líquido de la jornada y nos dará el empuje necesario para empezar un buen día. Es importante saber que el color de nuestra orina es un indicador natural de nuestro estado de hidratación. Mantener el color de la orina en un amarillo claro y trasparente es señal de que nuestro cuerpo esta bien hidratado. Por otro lado, una orina oscura y muy “cargada” es señal de que nos falta agua.

2. Haz treinta minutos de ejercicio al día.

El cuerpo humano esta hecho para mantenerse físicamente activo. Nuestras piernas son largas, nuestros músculos de la pelvis y extremidades inferiores son poderosos y somos capaces de lograr velocidades relativamente rápidas si lo necesitamos. Además de esas características físicas, nuestra relación con la naturaleza nos obligó siempre a estar activos en las tareas de agricultura, construcción y labores al aire libre.

Pero fijémonos en la dinámica a la que nos obliga la vida moderna. Muchos trabajos son ahora en oficinas, lugares en donde pasamos largas horas sentados. Al salir del trabajo, nos subimos en nuestros carros, lugar en el que seguimos sentados largos minutos (u horas) antes de llegar a la casa. Allí, ya cansados y muchas veces irritables, lo que más queremos es comer en abundancia y disfrutar de nuestro cómodo sofá o cama y la vida sedentaria continua día a día.

Es importante romper ese círculo vicioso tratando de separar por lo menos 30 minutos al día para hacer actividad física. Si trabajamos en una oficina, es importante levantarse cada hora del escritorio durante 3 a 5 minutos, aunque sea para dar una vuelta a la oficina o subir las escaleras por un par de pisos, para evitar estar sentados todo el tiempo.

3. Programa siete u ocho horas de sueño cada noche

El sueño es otra de las víctimas de la vida moderna. La invención de la luz eléctrica hizo que nuestro ancestral modo de regir nuestro patrón de sueño cambie para siempre. De un momento a otro, ya la salida y la puesta del sol dejaron de ser los referentes para dormir y despertar. La luz eléctrica permitió extender la duración del día en menoscabo de las horas de sueño. A tal punto es este un problema, que mucha gente considera que dormir es algo que “tiene que hacer” en vez de considerarlo como uno de los placeres de la vida, en el mismo rango que comer o divertirse.

La falta de sueño no solamente causa irritabilidad nerviosa, falta de concentración y disminución de la productividad en la vida y en el trabajo, sino que también interfiere en la memoria y en el adecuado funcionamiento de nuestro sistema inmunológico o de defensa.

Cada persona tiene su número de horas de sueño necesarias, las cuales varían entre 6 y 9 horas por noche. Encuentra cual es la tuya y respétala religiosamente, esperando con ansias la hora de irte a la cama preparando tu dormitorio para el descanso.

4. Nunca comas en exceso. Modera las porciones en tus comidas.

Este es otro de los grandes problemas de la sociedad moderna: comer los alimentos equivocados y consumirlos en exceso. Si bien es cierto que el Perú es todavía un país en desarrollo y muchos de sus habitantes padecen desnutrición, la mejora en las condiciones económicas ha provocado que en muchos hogares aumente la cantidad de alimentos disponibles.

Eso ha ocasionado que el tamaño de los platos sea cada vez más grande y que la sociedad haya hecho que la comida abundante se convierta en una norma social. Comer “taipá” es lo que esperamos en la casa y en los restaurantes.

Lo cierto es que el exceso de ingesta de calorías nos está haciendo más obesos. Ya el 62% de los peruanos tiene sobrepeso u obesidad y el 23% de los niños entre 5 y 9 años tienen ya ese problema de salud. Disminuir la cantidad de comida que se consume es una necesidad absoluta y debe empezar en casa.

5. Elige verduras antes que carnes o snacks procesados.

Junto a la excesiva cantidad de alimentos que consumimos, la sociedad moderna nos inculca a elegir el tipo de alimentación equivocado. Resulta que después de la segunda guerra mundial, el hogar sufrió una tremenda transformación porque la mujer tuvo que salir a trabajar. Ese importante y necesario avance en el bienestar de la mujer ocasionó mayores dificultades para cocinar y por tanto los hogares dejaron de consumir comida fresca, recién preparada.

Para “subsanar’ ese problema, la industria de alimentos procesados y las grandes cadenas de “comida basura” han sido muy efectivas en proporcionarle a la ocupada ama de casa las “alternativas” para que puedan alimentar a la familia. Alimentos enlatados, embotellados y en bolsas plásticas, alimentos “listos” para ser puestos en el horno o en el microondas, bebidas excesivamente azucaradas y alimentos relativamente baratos llenos de grasa, azúcar y sal son consumidos ávidamente por gran parte de la sociedad moderna.

La consecuencia de esa mala alimentación son los altos niveles de sobrepeso y obesidad, con el consiguiente aumento de enfermedades del corazón, cáncer y diabetes en la población.

Cocina diariamente, usa ingredientes frescos, come poco y en compañía y elige una mayor cantidad de frutas y verduras.

6. Maneja bien tu estrés. Aprende a organizarte y a relajarte.

El estrés es considerado el veneno moderno de la sociedad. Y no es que el estrés sea un fenómeno moderno, lo que pasa es que por el estilo de vida que llevamos, el estrés es ahora mucho más intenso y generalizado que antes. El estrés ha existido siempre. De hecho, sin un adecuado (y saludable) nivel de estrés, la sociedad no hubiera podido avanzar porque se hubiera eliminado la competencia en la vida y en el trabajo.

El estrés agudo es la respuesta natural que tiene nuestro organismo ante el peligro y nos permite sobrevivir. Se caracteriza por una rápida elevación de dos hormonas: el cortisol y la adrenalina, producidas por nuestras glándulas suprarrenales. Esas hormonas nos preparan para la pelea o para la huida y causan cambios en el funcionamiento del corazón, del hígado, de los músculos y del sistema de defensa.

El problema ocurre cuando, debido a relaciones tóxicas de trabajo, a compromisos económicos y sociales muy exigentes, a malas relaciones de pareja, etcétera, el estrés se hace crónico y los altos niveles de estas hormonas se hacen constantes. El resultado es una “intoxicación” que ocasiona una serie de síntomas que pueden llegar a incapacitarnos.

Aprender a reconocer “la raíz” del estrés, enfrentándolo con un plan de solución a corto, mediano y largo plazo. Organiza tus actividades en la casa y en el trabajo y programa un tiempo para la diversión. Esto es fundamental para combatir el estrés.

7. Hazte un chequeo médico al menos una vez al año.

Este consejo es vital si queremos llegar a viejos lo mas jóvenes posibles. Resulta que con la vida moderna y sus complicaciones (obesidad, estrés y sedentarismo entre ellas), han aparecido un grupo de enfermedades llamadas crónicas que casi no dan síntomas cuando se están desarrollando.

Algunas de esas enfermedades crónicas son el cáncer, la diabetes, las enfermedades del corazón y los trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad crónica, las cuales constituyen en este momento las principales causas de muerte y enfermedad en todo el mundo. Estas enfermedades se desarrollan lentamente y no causan síntomas hasta muy avanzadas en su desarrollo.

Tener la buena costumbre de visitar al doctor una vez al año para una conversación, un examen clínico completo del cuerpo y el uso de algunos exámenes de laboratorio pueden hacer que esas enfermedades se descubran a tiempo, antes de que causen complicaciones, lo que puede salvar nuestras vidas.

En ese sentido, es siempre importante recordar que un gramo de prevención vale mucho más que una tonelada de curación.

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